Se fue el primer match del año. Aunque pocos balompieros respondieron al llamado (sólo 8 exquisitos futbolistas se dieron cita), el partido fue sumamente interesante, en el cual no faltaron chilenas, gambetas, taquitos y algún que otro "caño".
Con nuevas incorporaciones como Fernando, un cuatro al estilo Soñora, o también parecido al gran "Quique" Hrabina, y Sergio "Papi", una verdadera cortadora de cesped. No dejaba nada en pie donde pasaba. Un gran 2 o 9, según donde le toque jugar.
Que vamos a decir de los mellizos Marull, verdaderos artífices del juego. Toque y toque, solamente con una patada en las canillas se los podía parar. ¡Y Jorge Monteagudo! dejó el alma en la cancha, a pesar de que esa noche tenía que ir a hacer de Michael Jackson en Zebra y hacer la caminata lunar junto a Flor de la V.
Un parrafo aparte merecen los históricos balompieros: Arbach y Gonzalo Marull. Aunque esté medio excedido de peso, y que esto haga mella en sus rodillas de cristal, Arbach no para. Corrió las cinco horas que jugamos y no paró ni para gritarle a las chicas que pasaban. Y Gonzalo, que prestancia, que elegancia, que finura para el juego. Que Redondo ni que Gago. No existen. Un jugador como ese da la pauta que una vinchita en el pelo no es para cualquiera.
Por último, su humilde servidor, un amante del "fútbol champagne". Tira taquitos y rabonas, aunque vayan a cualquier lado. Hay dos camisetas que pasaran a la historia del fútbol: La 10 del Diego y la 9 de Gamuza. Solamente las estrellas pueden usar esas camisetas.
Y porque veo a la cantidad de gente que le llega el mail y no va, le digo: No saben lo que se pierden. A los autenticos balompieros autoconvocados les digo: Gracias por dejarme ser un balompiero!
Un saludo
Pablo